domingo, 8 de febrero de 2009

AUTOCOMPASION




Recuerdos. Increíbles recuerdos.

Recuerdo un tiempo en el que culpaba a los demás de mi no felicidad. Era mejor no mirarse a uno mismo. Caer en el juego de la autocompasión es algo tan fácil... convencerse de que no se es feliz es muy fácil y caer en una rutina de por vida también. Y encima, cuando estás convencida de que tu felicidad te la van a dar los demás, las relaciones que tengas con tu pareja, con tu familia, con tus amigos se convierten en una obsesión.

Recuerdo el día en el descubrí quien era yo, el día en que descubrí que no le había prestado la más mínima consideración a la persona más importante de mi vida, el día en que descubrí que no podía vivir sin mí y que el único ser que podía darme lo que necesitaba era yo. Fue como ver un amanecer que no va a oscurecer nunca y ser muy consciente de todo lo que iba a empezar a ganar a partir de ese momento.

Empezar a retroceder para corregir mis actitudes está siendo en muchas ocasiones, muy complicado, porque me encuentro con personas que se que no comprenden mi forma de actuar ahora.

Tragar mierda, hablando en plata, la mía y la de los demás era mi muro, no valorar lo que yo pensaba, lo que yo sentía, agachar la cabeza y poner buena cara a pesar de saber el daño que me estaban haciendo. Y lo gracioso es que lo he hecho toda la vida. Cambios, todos, y continuo haciéndolos, es curioso darse cuenta de las veces que no he sido yo por no quererme lo suficiente, de actuar como querían los demás,por pensar que lo que yo sentía no valía nada y encima a todo eso le sumaba la maldita autocompasión. No quiero ni pensar el daño que me he hecho.

Yo soy así, y mi amanecer ha supuesto el amanecer de otras personas, así que esta tarea de crecimiento que en su día, me dió miedo e incluso por llegar a pensar que estaba equivocada en lo que pensaba, seguirá siendo mi alegría, porque esos momentos en los que descubro cosas nuevas sobre mí, sean malas o buenas me hacen sentir más fuerte.

Tomado de http://buho.blogia.com

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